La alvéolitis seca es una inflamación aguda del alveolo (la cavidad ósea en la que se alojan las raíces de los dientes.)
En la mayoría de los casos, esta patología surge después de una extracción dental. La alvéolitis seca es una complicación bastante rara (ocurre en aproximadamente 1-2% de los casos), pero muy dolorosa y se encuentra especialmente cuando la extracción afecta a un diente gravemente comprometido por procesos patológicos, como en presencia de caries profunda, púlpitos o granulomas.
Las causas exactas de la alvéolitis seca todavía se desconocen, pero se han identificado algunos factores que podrían promover su aparición, incluyendo: tabaquismo, infecciones, trauma quirúrgico y terapias farmacológicas en curso.
Después de 3-5 días de cirugía, la inflamación del alveolo dental se manifiesta con dolor intenso, halitosis e hinchazón de los ganglios linfáticos.
Alvéolitis seca: ¿cómo reconocerla?
Los síntomas de la alvéolitis seca postextrastrativa son fáciles de identificar y suelen aparecer durante la primera semana después de la cirugía:
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- Dolor muy agudo en la zona donde se extrajo el diente
- Desaparición del coágulo
- Hueso alveoular visible
- Mal aliento (halitosis)
- Mal sabor en boca
- Hinchazón de los ganglios linfáticos
- Dolor generalizado en el oído, los ojos, las sienes (nervio trigémino) y el cuello
Diagnóstico del dentista
El diagnóstico se realiza inspeccionando la cavidad oral con observación directa, durante la cual se puede detectar anomalias del coágulo alveolar. En casos típicos, el alveolo es maloliente y tiene un color grisáceo. El paciente, por otro lado, informa de un dolor palpitante, que normalmente surge en el segundo hasta al cuarto día y es resistente a los analgésicos comunes.
La cavidad alveolar está vacía y seca (de ahí el nombre de “alvéolitis seca”), característicamente desprovista de tejido de granulación y con paredes óseas brillantes.
A la palpación o el contacto simple, el dentista puede evocar dolor intenso, con enrojecimiento de la mucosa y la encía que rodea el alveolo afectado.
¿Qué tratamiento está previsto?
Sobre la base del caso clínico específico, las estrategias para reducir los síntomas de esta afección son diferentes y pueden implicar el uso diario de antisépticos (por ejemplo, colutores a base de clorexidina o geles 0,2%) analgésicos (por ejemplo, lidocaína). Estas soluciones que se aplican a nivel tópico se utilizan posiblemente en combinación con antiinflamatorio y antibióticos para ser tomados en dosis y en los tiempos recomendados por su dentista.
Al mismo tiempo, es aconsejable tratar cuidadosamente la higiene bucal diaria, utilizando un cepillo de dientes de cerdas suaves.
Lavar con agua fisiológica permite liberar el alveolo de residuos de alimentos y cuerpos extraños. El dolor asociado con la alvéolitis seca retrocede rápidamente como resultado de la aplicación tópica del eugenol (esencia hecha de clavo de olor con acción analgésica) u óxido de zinc.
En casos graves, es posible que el dentista limpie el aveolo dental (cura, lavado y aplicación de un apósito analgésico) o, raramente, proceder con la ablación de un fragmento del hueso involucrado en el proceso patológico.
